Así transito por las calles:
con pólvora en el inconciente,
con miles de ataudes
emergiendo de mis antes;
con rabias,
con glorias.
Y atardeceres
de antártida invadida.
No cedo el paso a los perdidos,
ni ayudo, a los inmersos en costumbres;
me limito a caminar
por las derivas, de otros, que como yo,
ya perdieron su horizonte.
Así transito por las calles:
atado a mi sombra y a mi sangre.
En restos de aves agitadas,
en pedazos de concreto vacilante,
en pisadas de villanos maldecidos,
en huellas
de arte sin futuro.
Así transito por las calles:
atado a promesas, no cumplidas.