Se sentó a mi lado, y eramos tan distintos,
tan desconsonantes, tan nosotros,tan iguales.
Tan imperfecta yo, tan imperfecto él,
esa extraña y única cualidad que solo los
dos sabemos explicar,nos unia.
Él miraba al horizonte buscando un sueño,
yo miraba vaciamente hacia ese bello cielo.
Dos almas amantes de la soledad, de las pequeñas
cosas de la vida.