Mi mejor obra será escrita con tinta de sangre;
fortalecida con las lágrimas de mis fracasos
y plasmada en la tersura de mi piel,
atesorando la fortaleza de mi corazón.
Será gritada al mundo como homenaje póstumo
por el gran amor de mis descendientes.
Y en el clamor de mi anonimato,
refulgirá como un grito de gloria.
Como oro sin pulir, cada letra,
cada lágrima, cada pena;
Serán banderas de grandeza y humildad.
¡Nada quedará en el aire!
Sólo el corazón de toda alma
que se sienta perdida y sin razón de ser.
Serán cachetadas de guante blanco para todo aquél
que un día no tuvo compasión de mi pena.
Y en mi tumba vacía y desconocida
retumbará el canto de las aves
como un eco de triunfo y libertad.
Y allí, será adornada con
el perfume de las flores silvestres,
llenas de aroma de amor, paz y felicidad.
Será sangre vertida para todo aquél que se sienta débil;
Para que cada fracaso lo convierta en triunfo.
Y será un aliciente para todo mendigo
O vagabundo que se sienta perdido.
Ya la lápida no dirá:
--Aquí yace el alma desconocida que se sintió un paria;
Sino, aquí descansa un alma llena de amor y grandeza,
que siempre vivió en humildad
sin saber que el mundo estaba a sus pies;
Que retó los fracasos y los volvió en triunfo
llenándose de satisfacción sin esperar...
Un nuevo amanecer