Lluvia,
llévale las mil caricias
que soñé sobre su cuerpo
en tu vestido de agua pura
mecido por el viento.
Llévale el rumor de un te quiero
en el cielo añil de tus alas,
y empaña con tu besar azul
el cristal de su ventana;
confiésale que es de mi parte
para que por mí suspire,
arrópalo con mi música suave
para que nunca me olvide.
Lluvia,
triste lluvia,
allí está mi corazón
tómalo si lo puedes ver
con ansias te estará esperando,
lo he dejado en el atardecer,
envúelvelo en tus brazos
empápalo de ternura en tu piel,
y cuando sople un viento helado
suspira y llévaselo a él.
Lluvia,
lluvia de sol y vida,
no mueras aún,
sólo respira...
libera tus lágrimas
cae sin prisa,
retén entre las nubes
al arcoiris
y con tu melancolía
sálpicalo de gris...
Lluvia,
serena y cristalina,
por el horizonte infinito
necesito que en tus gotas frías
le lleves estos versos en rocío,
que le regales una dulce brisa
y le digas que lo estoy esperando,
que lo sueño aquí conmigo,
que vivo sólo para amarlo
y que anhelo que sea mío.
Lluvia,
lluvia de abril
cuida de sus sueños,
ámalo, protégelo...
con ese hermoso sentimiento
que dejé que te llevaras de aquí,
si yo me encuentro demasiado lejos
para entregarle el amor que vive en mí...
Lluvia,
lluvia de cristal,
cae sobre mi corazón
sólo una vez más...
Ceci Ailín