Cada vez el universo está más triste,
-cada vez- -lo está-
cerrando los ojos, a través de espejos,
cuando el reflejo es torcedura
en la mochila de los sueños.
Esta roto, como quebrado
cuando los cualquiera
caen entre luces
tildadas de un barco a lo lejos;
navegando pausadamente
en la tristeza de apagarse
-cuando se es de noche-
Los faros están cabizbajos,
alumbrando sus pies
-tan solo son rocas-
sus pies les han sido quitados,
el mar les arrancado sus zapatos,
y en la distancia
sus raíces
mueren
atrapadas
por los estómagos de peces;
fermentando en barcazas
atenuadas al olvido.
Pareciera que la noche está ausente
como la soledad que alberga
esta ausencia de mi silencio,
cayendo en las manos de una costurera de venas,
cuando menos pienso en mí;
y más pienso en la muerte.