Una mañana cualquiera,
echarás a volar un te quiero...
y ese vuelo
lo tomaré en el aire...
Quedará aferrado a mí,
como el tesoro más preciado,
no habrá más momentos amargos
todo mi ser se sentirá pleno.
El día que me quieras
amanecerán dos soles...
El de todos los días,
más ese te quiero
que iluminará mi corazón...