En un amanecer mi vida
cambió para siempre,
poblaste completamente
mi alma como el sol cuando
ilumina un nuevo día,
tu presencia tomó por
asalto mi existencia,
tu fragancia despertó
mis instintos naturales,
tu sonrisa estremeció
mis tristezas,
tus ojos profanaron
mis sueños más íntimos,
sin previo aviso llegaste
a mi cotidianidad.
Sin palabras, sin gestos, solo
una mirada y supimos
que el día había llegado,
éramos desde ya el uno
para el otro,
una sola alma,
un solo corazón,
un solo sentimiento,
un solo amor.
¿Cómo no amarte?
si eres el principio
y el fin,
eres la ternura hecha
mujer, madre, amiga,
hermana y compañera,
eres el día y la noche
de mi vida,
eres mi guerra
y mi paz,
eres mi mejor pensamiento,
llenas mi soledad,
haces que mágicamente
mis tristezas desaparezcan.
Solo sé que mi cuerpo
ya no existe,
solo somos uno
y como uno,
nos amamos hoy y siempre,
más allá de la vida y,
aún mucho más allá…
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Carlos Dos Santos Daniel