Dámelo tú amigo río,
regálame tú un abrazo
de los momentos vividos,
de los momentos soñados.
Aún resuenan en mi nido
el gorjeo de los pájaros…
son sentimientos en trinos,
son sus manos en mis manos,
son esperanza y son vida,
son abrazos que se funden,
son brasas entre caricias
y el calor de nuestra lumbre.
Aún está tibio el ambiente,
que me dejaron sus besos
y mis labios se estremecen
al revivirlos de nuevo.
Dámelo tú amigo río.
regálame tú el abrazo,
rompe mi alma en mil suspiros,
que si suspiro… descanso.
Y llévame así abrazado
hacia la entrada del mar.
Yo sé que me está esperando
y es hora de navegar.
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