Dos flores perfumadas
albergaban dos abejas
y ambas emocionadas
con muchos besos festejan.
Cada una su néctar tomó
para llevarlo al panal
unidas y alegres las dos
conjugaron el verbo amar.
Dos flores polinizadas
vestidas con sus corolas
fueron ambas invitadas
para asistir a la boda.
Las abejas enamoradas
tendrán su luna de miel
y las flores emocionadas
tendrán las suya también.
Alejandro J. Díaz Valero