Intentando complacerte,
en ese mundo del revés,
entre risas y el murmullo,
de la noche me perdí.
¿Será locura tal vez
no entender el por qué
de tus pedidos sin razón,
de tu silencio asesino?
¿Quizás es obra del destino
que en este circo nos metió?
Y allí parada mirando,
a esos seres invisibles,
divertidos e insensibles.
¿Acaso pertenezco aquí?
Siguiendo tu figura en alza,
en ese mar de maniquíes,
esperando que me mires,
sin demasiada esperanza.
Me cansé de la batalla
que como cena me sirves.
Al margen de los caminos,
cantando canciones nuevas,
buscando otros paraísos,
en este bote sin velas.
Te invito a seguirme si quieres,
mi oferta es sin compromiso,
no voy a pedirte permiso,
no vas a perderte si vienes.
Sólo cuando quede atrás
ese mundo de espejos,
serás mío completo
y no habrá Dios ni secreto,
que de mí te ponga lejos.