Angel del solaz

\"ALGUNOS A PUNTES SOBRE LA ´ POESÍA\"

 

 

Ernesto Langer Moreno
http://www.escritores.cl

Algunos apuntes sobre poesía


Recordemos amigos que se escribe porque se tiene

que escribir. Porque se está enfermo de poesía y

porque también se tiene la secreta y bien humana

esperanza de ser algún día reconocido, por la

calidad de sus escritos.


Pero primero digamos que se es poeta porque se es

poeta. Y nada más.


No hay que escribir poemas para convertirse en

poeta. Hay primero que ser poeta, la poesía viene

sola después.

Quien no ve la poesía como una verdadera diosa,

quien no se sienta irresistible y aterradoramente

tentado por sus deslices y secretos, no puede ser

un poeta.


La poesía le duele a los poetas, como un aguijón.


Ella los desvive, los impulsa, los desnuda, los

consume, los inquieta. Es una compañera atroz.


En el fondo la poesía es el producto de una gran

confabulación: la confabulación entre la palabra

y el poeta.


Ni el poeta ni la palabra hacen poesía separados

el uno del otro.


La palabra está cargada con poderes propios,

pletórica de vida, y el poeta es el instrumento

que la descarga y armoniza.


Así no cabe, por ejemplo, proponerse escribir una

oda a esto o a esto otro, porque en ese caso se

trata solamente de ejercer un oficio, y el oficio

sólo no basta para que la poesía nos visite.


La verdadera poesía siempre se escribe de a dos:

entre la palabra y el poeta.


Es un dejarse ir para encontrarse, un acto mágico

y maravilloso que es capaz de mostrar la vida tal

cual es.


Esa es la mística.ÿ


Luego viene la transpiración. Ese trabajo frío y

arduo sobre el poema; ese quitar todo lo que

sobra y agregar lo que falta. Porque casi siempre

mucho sobra y algo falta.


Alguna vez afirmé que la poesía era una

cuchillada directa al corazón, porque los

verdaderos poetas saben que la poesía no es un

juego.


Puede que la poesía sea impopular y hasta

completamente absurda e inservible para muchos,

pero un juego, eso nunca.


Para los poetas la poesía y el aíre son lo mismo.

Ella transgrede y supera todas las urgencias,

porque es casquivana y celosa como una mujer que

quiere ser siempre la primera y la única.


Ella quema a quien toca y lo transforma.


En ella la vida se revela y se muestra siendo tal

cual es. No es explicativa, ni siquiera

razonable.


Es sugerente, ella se recrea al sugerir.


Y en realidad no tiene ninguna función práctica.


Es intrínsecamente inservible.


Pero es, eso sí, la vida misma que se ofrece al

que quiera recibirla y esté dispuesto a vivirla.


Además, no tiene apellido ni mucho menos

alcurnia.


Es simple y salvaje como ella misma.


Así que, ¿qué quieren los poetas? ¿Escribir

poesía?


Que confabulen con la palabra.


Que escuchen lo que ella tiene que decirles.


Que transpiren podando sus poemas.


Que vivan estoica y valientemente el dolor que

ella produce y se complace en producir.


Lo demás son cuentos de gato.