El niño ahogado
Estás sentado allí, sobre una roca,
el viento te revuelve los cabellos,
también los pensamientos que entre aquellos
se escapan tras la brisa, libre y loca.
De pronto una gran ola es quien te toca,
te cubre con su espuma de mil sellos,
pareces un fantasma de ojos bellos
que el agua va cubriendo mientras choca.
Tu inmóvil, ya perdido en esa boca
del mar, que te devora entre resuellos,
ves cómo hasta la vida se hace poca.
Y piensas de verdad, sin atropellos,
cómo se marcha todo lo que evoca
un niño frente al mar y sus destellos.
03 04 12