Puedes ver en mí, lo que no vez en ningún otro,
encuentras en mí el tesoro de otro amor.
Te acercas con cautela y a paso acelerado,
mientras todos se hacen nada.
Me invitas a caminar contigo por un camino que,
muy pocos han conocido...
Pues nadie a llegado a conocerte tanto,
que en un pensamiento que se desmorona
y a paso agigantado se lleva mis suspiros.
No!, no susurró mil nombres cada mañana,
ni la noche es tan corta, pero siempre acaba y,
otro día vuelve a nacer...
Y el mundo me parece pequeño cuando estas aquí
recorriendo mi cuerpo con tu aterradora mirada,
oh no!, no hay mirada mas tíbia que la tuya,
pues tus ojos cambian a este hombre
que en tus pensamientos transformas en niño
con la ternura implacable de su andar,
que conforme pasan los años, la vejez lo deja atrás...
Aún así, este cuerpo pintando en tus retratos,
de llevar tantos años juntos se cansa de amarte,
es que te ha amado tanto, que tiene tanto mas amor por entregar;
y tú no me olvidas, pues en tus recuerdos viven,
los bocetos de aquel amor primero y ultimo..,
que vuelve a nacer con cada beso que das
y en un manantial de caricias, rejuvenecer,
y vuelvo a ser aquel hombre,
que con pasión mirabas...
Y estamos aquí, compartiendo la misma cama,
que hace 49 años no nos separa.