Quiero chocar con los perennes bordes de tu boca
En un intenso dilatar de comisuras abiertas
Donde mi lengua amanse la impaciencia de tus labios.
Quiero ser el vaivén de tus mares perdidos
Contemplándote en el horizonte de tus verdes pupilas
Y amarte allí donde anida la luz lunar...
Quiero conocer lo que tendré que nunca tuve
Un corazón bajo la piel juiciosa del hombre puro
con un rio de sangre tuyo donde nadar sin miedos.
Quiero verterte todas mis caricias con los dedos
Y zigzaguear hasta el límite donde te terminas
Deteniéndome en las islas de tu complexión.
Quiero saber quien eres, amor miocena mis manos;
Como una copa de cristal llena del vino agridulce
Que me embriague en este hoy viejo calendario.
Te quiero con el sol de, algunas, de mis mañanas...
Antonia Ceada Acevedo