La inocencia de niños muy pequeños
recordamos del viejo vecindario;
fui de mil aventuras, tu adversario,
en los juegos alegres y risueños.
Del futuro inseguro fuimos dueños
y el destino inventábamos a diario,
pero cada uno anduvo su calvario
y agridulce camino de los sueños.
Sobre el tiempo se mueve aquel navío
que transporta amistad, no importa el clima,
porque nunca naufraga en la tormenta.
Si cambiaras tu norte, amigo mío,
por buscar en el mar alguna cima,
yo te iré a socorrer si el mal te enfrenta.
Copyright © 2011 José Luis Calderón.