Hay un anhelo
en mi corazón,
de algún día
poder estar,
mi amado Dios,
en tu presencia,
en ese bello lugar,
con mar de cristal,
con calles de oro,
junto a los millares de ángeles,
junto a toda la creación,
adorandote, alabandote,
con todo mi ser,
dandote toda la gloria,
la honra, el honor,
sólo a ti Señor...
Yo quiero vivir,
en la nueva Jerusalén,
quiero poner mi corona
a tus pies...
Mi Jesús,
gracias por haberme hecho
parte de tu linaje,
parte de esa ciudad santa,
no hay regalo más grande
que tener el gozo
de tu salvación,
y la seguridad
de que viviré contigo,
eternamente
y por los siglos de los siglos...