miriam quintana

Sobre tu pecho, mi oido

El ocaso, y la madrugada,

se confundían en mi ventana,

fue la entrada de la noche ,

o solo llego el sol por la mañana.

En un rincón escondido,

tus ojos son dueños de los mios,

yo sorprendida te miro.

Se mezclan tu aliento, y el mio,

mientras me das tus besos de vino,

 tus  brazos son, mi anhelo,y  recinto.

Las caricias van, y vienen,

por senderos ,y caminos,

yo empalagada, de amor,

tu sujetando mis lirios.

Quisiera detener el tiempo,

 no volaran los segundos,

no consumidos por el sueño,

y entrecortados suspiros,

pues, que broten, nuestros ríos.

Sobre tu pecho  mi oído,

oyendo la fuerza de tu ritmo,

que denota sus movimientos 

hasta quedarnos dormidos.