Mi árbol, una maquina del tiempo…
Veía en la majestuosidad de aquel árbol, la oportunidad de volver a ser niña,
diez veces mas grande que yo, tan pequeña me veía a su alero, colmado de hojas, ninguna era del mismo color que la otra, el sol iba dando a cada una un matiz distinto,verdes todos los que imaginas, amarillos, cafeses, su tronco leñoso, aspero, suntuoso, una maquina del tiempo, que me invitaba sin temor ha retroceder lo,
su frondoso follaje me aseguraban una estadía maravillosa en el mundo de los recuerdos, viaje necesario que me ayudaría a recuperar me esencia, de niña callada, tímida y miedosa, ¿a quien saco lo miedosa la kattalina? lo heredo de mi, a juzgar por los recuerdos, podía estar días enteros sentada en la cima de aquel árbol, admirando desde arriba los tejados, la gente, la tierra, los pájaros posado en sus ramas, el cielo casi creía tocarlo, sentía que podía ver las burbujas de oxigeno en el cielo, los algodones de nubes que me hacían pensar que podía recostar me en ellos, sentía el frió aire que me regalaba el movimiento de las hojas, movimiento suave, al compás del soplido del viento
!que bien olía mi infancia¡ inhalo y exhalo una y otra vez, unnn¡¡ a rama verde mis manos, fuerte casi picante, a tierra mojada, a albaca en la oreja de mi abuelo, a tomate en la mata, a aji verde,a pebre, a huma caliente, a sol radiante, a shampoo de hiervas ,
!que bien me venia un baño en la artesa después de haber estado todo el día montada en el árbol, empolvada, transpirada, con la cara sucia, las manos partidas y verdes, con la cara llena de felicidad, con mi cuerpo cargado de energía que solo ese enorme árbol podía darme,
Subirme al Árbol era casi un ritual de verano, desde alli podía admirar la vida con toda su magnitud, la belleza, la humildad de mi casa, la sinceridad de la naturaleza, sus colores, su esencia, su aroma, sus frutos, mi vida…
Doris Co