Te sembraron en mi alma de niña y me proporcionaron los abonos para fertilizar la creencia y la Fe. Pero te descubrí cuando empecé a razonar sobre el bien y el mal. Entonces fui creciendo con el dulce sentimiento de amor y sintiendo tu eterna compañía , aún en los momentos más duros de la vida. Tus pasos que para mi mortalidad y humanidad tan imperfecta eran tan inalcanzables de todos modos dejaron la huella por donde intenté seguirte, muchas veces desviándome del camino, otras, acertando y era entonces cuando me sentía plena y en paz conmigo misma
Pero la verdadera Fe, la verdadera alianza con tu creencia fue cuando entendí que para ser cristiana, era saber amar al prójimo y amándolo como a mi misma, comprendía que el único camino para alcanzar la felicidad y la plenitud en ese amor era luchar por la justicia y la equidad para todos los seres humanos.
Saber luchar , coger la cruz, fue duro, saber desprenderme no de lo que me sobraba, sino de lo que me hacía falta porque quizás otros lo necesitaban más que yo; y, aprendí que eso me puede hacer más humana. Y en cada d caída de mi imperfecto espíritu, había siempre una mano que se tendía para levantarme, pues esa mano me dio su fuerza e impulso y en esa mano te descubrí siempre .Y entendí también que eres EL AMOR DE MIS AMORES. El que cada día me hace entender que mi existencia está rodeada de tu luz y que debo reflejarla para quienes están de espaldas y no la captan.
Por eso, para mi eres el que camino sobre las aguas , el que multiplico los panes y nos enseñó a pescar, el del Sermón de la montaña, , el que convirtió el agua en vino y curó a los enfermos. Es decir, siempre dando , siempre al servicio de los demás. Ese fue tu ejemplo .Esa tu doctrina y esa es mi FE.
TE AMO y perdóname si a diario fallo.