Las sombras dieron
paso al amor.
Las brumas del pasado,
y los cúmulos de nubes,
todos huyeron de la luz.
Dos bocas se unieron,
luego dos cuerpos,
que más tarde fueron uno.
La luz se apodero
de esa unión,
los cuerpos temblaron,
con fuego se amaron.
De sus mentes huyeron
todos los pensamientos,
sólo quedaron gritos de amarse,
como nadie.
El Orgón, el azul sube,
por un par de columnas,
en perfecta convulsión.
Son movimientos humanos,
ritmos armoniosos,
cerebros que explotan
en extasis.
Las horas pasan,
los orgones continuan,
uno tras de otro,
incontenibles.
La luz y el fuego,
se apoderan de ellos,
la convulsa no cesa,
el pensamiento no viene,
sólo el amor se presenta
en forma de sexo.
Gotas de sudor,
ganas de amarse más,
más fuego,
más azules,
más convulsas,
más amor,
más luz.