Ay amor…! Tengo mis ilusiones colgadas de ti.
Se balancean de tus hombros,
de tus ojos y tus dedos,
de lo hermoso de tu pelo.
Se resbalan por tu vientre, por tu cuello,
tus pestañas, en tus múltiples lunares,
en las uñas de tus pies.
Ay amor…!
Es un milagro que se logren sostener
en tus manos culinarias,
en la curva de tu seno;
en los hoyuelos de tus mejillas,
en lo terso de tu piel.
Ay amor, ay amor…!
Mi amor pende de un hilo: de tus suspiros,
del calor que hay en tu sangre,
de tu cintura al vibrar.
Sí amor, mi amor. De tus manos, tus manitas
se escurren mis anhelos,
mis ansias y mis celos.
Y se esconden en los bucles
de tus cabellos de medusa,
en lo albo de tus dientes,
en tu voz de enredadera,
en tu alma de quimera
y hasta en lo más profundo
de tus más profundas ojeras.
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© Armando Cano