¡Qué honda tristeza,
ha quedado en mi corazón!
saber tu sufrimiento,
querida hermana del alma.
¡Qué impotencia tan grande!
quisiera abrazarte fisicamente
y brindarte consuelo,
pero en mi corazón te llevo.
Creéme que cada lágrima tuya
es un cristal en mi alma,
que siento tu pena
como si fuera mía.
(yo ya lo viví)
Te brindo mi cariño
y mis hombros
para que descanses
y bien sabes amiga,
cuanto te quiero.
Querida hermana,capullito,
Dios va a derramar en ti,
bellas bendiciones...
sólo confía en El.
YOLANDA BARRY.