heme aqui a los piel de la luz
todo mortal de los pies a los cabellos, y sin una sola piel de cobardia, armadura de dientes sin espacio para lloriqueos de antaños que ya no hacen daño, se desvancen los Temores juntos a los temblores del otoño gris cubierto de cicatrices sin uno de mi, el uno se fue con el viento y se queda uno cubierto de sin miedo a las nuevas visiones dispuesto a luchar con cara de mortal heme aqui a mis pies acomenzar de nuevo lo aventurado, una vez y otra vez sin rodillas implorando con sonrisa de lo triunfado dentro del fracaso bien intentado.