Extraño el susurro verde de los árboles.
El silencio intranquilo de la flora
Extraño... Extraño...
Hecho de menos el aroma humedo
De la grama amanecida.
Tengo falta de tierra.
Tengo falta del crujir de las hojas
Bajo mis pasos.
Siento hambre del sol
Interrumpido por el arbolado.
Sol que cae en hilos y cintas de luz
Y en escape.
Tengo sed de versos naturales.
De su propia llama natales.
Sin fuerza que los expulse,
Sin alarde de letra.
Solo versos que aluden
Que no causan pena.
Tengo frío de ruido, cemento y libreta.
Tengo rasguños de sal sobre mi lengua.
Siento pesado cansancio sobre la pupila.
Esta que llora, llora a consecuencia
Consecuencia de los falsos colores
Que sobre ella se acuestan.
Tengo falla de alivio
De las bocinas que de humo apestan.
Quiero descanso de olvido,
Para oir mis pensamientos agudos
Para esclarecer instantes oscuros
Para volver a mi naturaleza.
Si, extraño...
Extraño el murmullo de la hoja suelta.
Quisiera volver a interpretar
El vendaval invisible,
El ala que aletea,
El césped que esta triste
Para corroer el silencio de letras.
Hoy tengo nostalgia,
Y añoro volver a ser poeta.