Mira, ayer llore toda la noche
con ganas loca de llorar
deje en el colchón el ojo llorando
deje en la almohada la boca llorando
deje mas que de cien muertos flotando en el Ganges
y todas las monjas que quieren ser María
así llore, con las tripas en la noche del alma
Sé que todo está sobre la sombra
y aunque el amor quisiera besarme la frente
no puede llegar a estas soledades; va nunca llega
llore con todas las lunas de sangre en los ojos
llore con tanto los gritos en los ojos
con tantos océanos en las lagrimas
que si me hubiesen visto, hubiesen llorado conmigo
ni toda la madera del otoño pudiesen secar los ojos;
ayer llore por todos
dejen que llore por ustedes
ustedes no lloren mas
hastiado estoy de no poder hacer nada
si sería divino, ay dios; dios.
pero este es mi barro
y el fantasma que se burla a los pies
de la cama, muerde los pies,
congela con su espectro de hielo los dedos
y yo pataleo, pataleo en la cama como
un niño en pesadilla
y muerdo la lengua que se corta con los dientes
y golpeo las paredes con los hueso
se escuchaba de mi garganta como
un chillido de rata aplastada por una pala.
al otro día me levante con la rosada luz
mas calmado, salí de la pieza y pedí disculpa
a los que estaban desayunando,
disculpa por no dejarlos dormir en toda la noche;
Uno de ellos levanto la mirada y me contesto:
-el silencio fue absoluto; Seguro estuvo llorando adentro de la carne-