Gerson E. A. Arenivar

Dos Peregrinos

Allí van tus pies hermosos

surcando de la vida los caminos,

entre espinos y vaivenes pedregosos

como un par de errantes peregrinos.

 

Iban viajando lejos de mí,

mientras yo suspiraba por ellos

para que te trajeran velozmente aquí

donde pudiera contemplar tus ojos bellos,

 

y amo tus pies, los amo,

porque entre todos los caminos

el que hacia mi conducía encontraron

y ahora descansen, descansen peregrinos,

 

que ya a su destino llegaron,

que a la mujer que traen consigo

he de amar como ninguno a amado

y que Dios, felizmente, la guarde conmigo.