Esta mañana no estoy triste, solo concentrada
más allá de la lluvia o la tormenta
aquí dentro se siente extraño:
hay un olor ahumado, cansado, mojado.
En la vereda, allá afuera,
siguen salpicando gotas y corriendo ríos
tengo en una palma un libro
y en la otra apuntes escritos.
El vidrio está empapado
y el vaso vacío.
He tomado mucha agua
pero aun así no siento frío.
Me siento otra vez en la silla
escribo al pasar una frase.
El silencio no está presente
el mundo ocupa mi mente.
Llegará en algún momento la noche
y yo seguiré pensando en este instante.
Parece demasiado temprano para marcharme
necesito pensar y luego relajarme.