Olvido, olvido, a veces el corazón
Lo olvido
sorbre el mar
Y en el reflejo de un espejo
Lo olvido,
en una isla exiliada
y en la lengua seca de un desierto
lo olvido,
en el azul mas obscuro del cielo
Y en el hocico de un jabalí
Que corre aturdido por la ciudad
Por ahí lo olvido, a veces
Cuando poco queda en su caldera
Cuando una cáscara negra cubre el azufre
Y se apaga en un temblor de discreta angustia
Cuando en el pecho se me abre una flor de hierro,
Lo olvido lo arranco y lo saco a la intemperie;
Cuantas fueron las noches
En las que no he querido tener corazón.