Te esperé en la noche,
te esperé en el día
con los huesos fríos
con las manos marchitas.
En silencio te esperé,
Con gritos te llamé.
Y el sol quemó mi sombra,
la lluvia mezcló mi llanto
y permanecí inmóvil
y estuve temblorosa.
Te esperé hasta olvidarme de mí,
te esperé aunque nunca te vi.
Pero dejaré las huellas de mi amor,
en este camino dejaré mi dolor
y si un día vienes,
si un día apareces;
sabrás que te esperé,
te lo dirá el viento,
te lo dirá este suelo,
con la huella profunda
de mi amor eterno.