De recuerdos y de penas,
siento en el corazón, tal congoja;
que el sufrido corazón no desaloja,
lo que corre por las venas.
Quizas al llegar la primavera,
y el campo se tiña de verde,
yo pueda olvidar mi espera,
y tal vez, ya no recuerde,
que he pasado la vida entera,
con este amor, que me pierde.
Anhelo el aire que respiras,
y asomado a una rendija,
como, vulgar lagartija,
respiro el aire que tiras.
Ese aliento que tanto vale,
sólo te lo estoy pidiendo,
deja que mi boca lo inhale,
para seguir viviendo,
porque del alma me sale,
todo lo que estoy sufriendo.
En aquella vieja iglesia,
como un clavo te esperé,
pero al ver que no venías,
marcharon mis alegrías,
y con mis penas, lloré.
Dime porqué no viniste, vida mía,
para calmar mi sufrir,
porque, desde aquel lejano día,
ya no he podido vivir.
J.Plou