Cuando el silencio impone
la blasfemia de nadie.
Miguel Ángel Correa
Sospecho que imaginas, que mi escalfada
se abrió, mientras viajaba en una nube gris
con destino hacia tu casa.
Sospecho que imaginas, que mis cristales
se endurecen y su brillo se hace tenue, cuando
tu sombra camina de puntillas en la superficie
lunar.
Sospecho que imaginas, que mis manos dejaron
su estatismo, en el círculo polar ártico y lo cambiaron
por un curso de tiempo completo con la serpiente
primitiva.
Sospecho que imaginas, que el torrente sanguíneo
que corre velozmente a mi corazón, se detiene
evitando, que el tiempo se haga lento. Mis pupilas sonríen
de tantas emociones foráneas.
Sospecho que imaginas, que los ánimos blancos
ya no deambulan por los pasillos de mis sueños. Que
encontraron el norte de su alegría-
¡El lado oscuro de tu Boca!
Sospecho que imaginas que en mi morral
solo tengo (desvelos, insomnios, deseos, ilusiones,
karmas y bendiciones). Sospecho que yo te imagino
imaginándote, que soy más que un producto,
que soy más que el asiento de al lado ó que ya no soy
el caminante nocturno.
Sospecho que imaginas…