Un náufrago dia de invierno calante,
de luto vestido y mojado su sol,
es turbio su cielo y su lluvia constante,
no hay cantos de aves ni flor girasol.
El ruido del viento entorpece la radio,
los rayos de luz se friccionan sin fin,
el viejo horizonte se viste de agravio,
y se escucha incansable la lluvia en el zinc.
Los árboles verdes en campos mojados,
no hay nada que pueda a la lluvia obstruir,
las aves volando en un cielo nublado,
frustradas del medio que pueden vivir.
Y el místico espejo del cielo pañoso,
refleja y contempla un arco fraterno,
fulgura al insólito señor caluroso,
y despide al confín del azul al invierno.
DAVID GARCIA (De gritos del corazón)