Sabrás que el falso amor acecha tu puerta,
cual ave rapaz diestra en nocturna espera
de presa candorosa, que aún no yerta,
provoca con su encanto de rosa tierna.
Tu corazón has de mantener alerta
por no ceder al falso amor tu primavera;
mas nunca dejes tu dilección abierta
más que a la rosa de pretensión sincera.
Llegará tu rosa a saciarse en la fuente
nacida del jardín septembral si esperas
cerrada ante el reclamo de quiméricas
proezas y promesas, ardid de sierpes
que envenenan de las rosas florecidas
la frescura que les da la primavera.