Atrevimiento del ignorante
Es bien sabido que toda ignorancia
no libra de su culpa al atrevido,
sumándose con ellas la arrogancia
tendremos que lidiar con un creído,
el cual presumirá de sus acciones
sintiéndose el julay más instruído.
Si tú eres santo de sus devociones
tendrá contigo sus razonamientos,
poniéndote en un brete, en ocasiones,
por la escasez de sus conocimientos,
por más que se proponga ser muy culto,
tendrás que corregirle los acentos,
las “uves” y las “bes”, al ser inculto,
las usa donde quiere, sin que regla
alguna se lo impida, cual insulto
a todo el que se esfuerza cuando arregla
sus obras para que rijan las formas,
cuando él, con menosprecio, las desregla
y escribe sin saber seguir las normas.
© Eduardo González Cuartango
10/04/2012