Se llena el corazón de frágil ira,
el rencor te aconseja la violencia;
se desgasta entre lágrimas tu esencia,
herida por el filo de una vira.
La rabia tuvo prójimo en la mira,
pero a tiempo ha frenado la conciencia
lo nefasto del alma en decadencia;
el odio preparaba enorme pira.
Si un día te sintieras enojado
por culpa de mentiras y traiciones,
incomodo no tomes decisiones.
No importa si te encuentras enfadado,
pues eso no te da ningún derecho
de dañar con crueldad por tu despecho.
Copyright © 2011 José Luis Calderón.