Incandescente voy
por la soberbia planicie de tu espalda
giras el rostro sobre el hombro,
desafías,
en el oleaje de tu cuerpo
tu me hamacas
¡que bello atardecer se precipita!
Mojas de río
el blanco de las sábanas
y en mi velero,
yo anclo en tu bahía,
te desembarco besándote la orilla
y en el ocaso,
mi amor,
somos poesía.