Que brillaste una noche con la luz de una estrella,
que a Dios contemplaste en tu humilde nación,
tienes paz circunstante, y la cosa más bella,
una cuna en cual cabe una gran salvación.
¡Que dichosa!
tierra santa y orgullosa que a Dios miró nacer,
predulecta y misteriosa, que un pesebre vulnerable
a un Dios incomparable le pudiste ofrecer.
¡Y lo hiciste!
a pesar de ser pequeña tu a él lo recibiste,
tan humilde y delicado como esencia de azahar,
quien pensara que a la tierra a salvarme tu veniste,
y que a pesar de ser tan grande una cuna es tu lugar.
DAVID GARCIA (De Rey de reyes)