El pesar se troca en cuna de fuego
en las horas donde la noche es sol de vida,
y los senderos de la existencia marcan
latidos permanentes donde habita la voluntad...
Las sombras mueren acogotadas
en los ojos de un dulce instante de la voz oculta,
o nace una extraña sensación
y la sangre tiembla acelerando la primavera...
Un rió de anhelos encendidos
desemboca en tiernas melodías hasta el silencio
y los colores vibran en la arena
que besa los labios esculpidos del mar...
Los cielos de unas manos ,techa
la piel perfumada de luna tímida,
y el aire sensual y glotón
recorre el cuerpo de los pensamientos...
La sal de las caricias visten de nácar
las dunas de la esencia donde la miel se vierte
y la ilusión no se rinde ante la sustantividad
del árbol virgen de frutos inmaduros...
Cuando en la carne del alma de la tarde
se gesta una nueva nación , nos aguarda el amor.
Verdadero Amor...
Antonia Ceada Acevedo