Un sueño tras la huida
Ven a dormir conmigo, noble estrella,
que en mi cama te encuentren los ocasos,
deja que te contenga entre mis brazos,
que sea yo tu luz y tú mi huella.
Deja que te convierta en la más bella
de las rosas que brotan tras mis pasos,
en la más dulce luz de mis fracasos
y en el dolor que acallo en mi querella.
Deja que te ame yo, se la doncella
que por la noche espera mis abrazos
y de día descansa sin más mella.
No seas la que rompe nuestros lazos,
no seas la que escapa, como aquella
que ayer los destrozó y volvió pedazos.
09 04 12