Tú, música tejida
por el arpa inaudible de las constelaciones,
tú, música espigada
al borde de los últimos precipicios azules,
tú, música engendrada
al tam-tam de los pulsos y al cantar de la sangre.
(Miguel Otero Silva)
Tus silencios acaban con la prudencia de la raíz que se asoma
Son los principales eternizadores de los atardeceres lunares
Son el despojo irónico de la manta que cubre la piel de los dioses.
Tus silencios simulan la quietud perpetua del infinito universo
Son los arquitectos de esa ciudadela desolada y desierta
Son los traductores de ese idioma indescifrable.
Tus silencios son el atalaya, la puerta abierta y la llave extraviada
Son los eslabones de una cadena que se perdió en el tiempo
Son los trozos de humo que se perdieron en las nubes.
Tus silencios se transformaron en una almena de sobras
son los que recuerdan que el olvido es de paja
Son lo que se adaptan más allá de su lecho.
Tus silencios pintaron oleos de marfil, en la corola que cubre
[Tu boca.
Son los que escribieron la larga invocación del hálito inmortal
Son la sombra de una semilla, el latido del hierro, la llama blanca
[de un verbo.
Tus silencios descansan en la sombra del sauco que desapareció en la
[bienvenida de tus alegrías.
Son los que ahogan sus pasos en el fango espacial
Son los que borraron el silicio del tiempo adherido a tu cintura.
¿Qué pasaría si la mordaza fría, que se posa erguida sobre la plenitud
De tu boca, se corta con un halo de luz?
¿Qué responderías si al llegar a tu escondite, encuentras un perro de fuego
Saludándote y en silencio te pide que lo contagies de tus silencios?
Será que tus silencios doblan la niebla con sus manos
Desangran la tierra con sus pies, interrumpen la lluvia con sus gritos.
Será que…
Tus silencios, son mis silencios..