-¡GLORIA-
No hay luz,
el sol
es ahora
una lámpara
incandescente
mirando
las caras
de sombras,
¡es extraño
tienen rostros!
-grita el sol-
(lleno de esperanza)
aunque sea
solo una
lámpara
incandescente-
logra sentir
que no tiene vida
sintiendo tener
existencia.
Aunque las caras
fingen vivir,
creen existir-
aunque no
entiendan
la vida,
creen
conocerla-
aunque
no saben
explicar
sentimientos
creen sentir-
aunque sean
eternos,
aunque
no exista
la vida;
creen
creer
que exista-
y
el tiempo
ha muerto
la razón
onírica
de saberse
vivo
aunque
se esté
muerto
ya que
sin tiempo
no correría
el reloj
ahogado
en el pecho;
ni giraría
el universo
para denunciar
la destrucción
del ocaso
dentro
de un cielo
tachado
de belleza,
ha llegado la paz,
el universo
es el centro
el centro
es la muerte,
y los rostros
miran
la oscuridad;
sintiendo la luz
creyendo
ser esperanza,
sintiendo algo,
quizás nada,
y en sus bocas
es el todo;
creen,
sienten fe;
porque
ha muerto
el tiempo
ya no
hay regla
que les
impida seguir
y caminar
dejando atrás
a la muerte
ya que
la muerte
la tienen
en sus ojos,
ahora
esperan
que la vida
les regrese
sus recuerdos
y el tiempo
sea de nuevo
la belleza
de agonizar
mientras
se quiera sentir
amor, dolor, tristeza
mientras
se quiera
sentir
de nuevo
el suelo
como el cielo;
aunque
la guerra
sea el código
de libertad,
pero,
ahora se vive la paz,
se vive la muerte
fiel contraindicación
de haber asesinado
al tiempo imaginario...
-PAZ!-