Seré un poeta sin sueldo,
sin títulos, sin aplausos,
pero también sin mentiras,
sin un beso de regalo
de la musa que me inspira,
de que soy suyo que importa,
si por otro es que suspira
que va a importarle este potro
que ya casi ni respira,
con un pulmón medio roto
y mi corazón que expira,
que pueden valer mis letras
cuando ella ni las mira.