Naturaleza humana
Tronco, cabeza, cuatro extremidades,
eso es el ser humano, más un sexo,
nada distinto al mono genuflexo,
ni al gato de Nemea y sus crueldades.
El resto instintos, sueños, voluntades,
la eterna unión de cóncavo y convexo,
la visión de este mundo como anexo
de su propia ambición y soledades.
Por eso viajes, guerras y ciudades
y una lucha interior con lo inconexo
de ser y de no ser en sus edades.
Errático y final, el biconvexo
un día entenderá que sus verdades
no empiezan ni terminan en su plexo.
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