Desde mi mirada, las sombras poseen vida
Y el miedo hacia ellas hace total sentido,
Pues la imaginación le otorga al alma valía
Quitándole, a la existencia, el lado aburrido
Desde mi mirada, ninguna vida está decidida
Hasta que traspasa, de su tiempo, el filo
No hay destino para una existencia aguerrida
Tan solo pasos que van labrando el camino
Mis ojos nunca han visto un acto imposible
Solo han observado una cobarde voluntad
Mis oídos no han escuchado una verdad creíble
Tan solo mentiras, sobornando a la curiosidad
Mi corazón ha sentido la decepción de amar,
Pero nunca la necesidad de morir de amor
Mi piel me ha pedido todo lo malo olvidar,
Pero el humano aprende mejor del dolor
Mi moral ha sido abatida por la del universo
Mis decisiones cuestionadas por lo “normal”,
Pero no quiero escribir mi historia al reverso
Ni llenar mis estrofas de un pensar artificial.
Mi voz ha preferido no quedarse callada
Aunque la soledad haya rodeado su acento;
Mis manos frías ante una flama apagada
Han decidido seguir lidiando contra el viento.
Mis días han transcurrido sin cálidos colores
Pero mis grises se han vuelto algo iridiscente
Y aunque en mi mente solo haya negras flores
Descansando en ellas, mi tiempo es perenne
Desde mi mirada, mi pensar hace total sentido
No importa que el mundo me mire descompuesto
Despojado de fachadas, mi ser he conseguido
Esta es mi propia mirada, son mis propios gestos.
Andrés Ruiz H.