Tu cara, hundida en mi almohada,
Tu luna mira tímida, por mi ventana,
Tú imagen bella, prendida en una estrella,
Tus besos, alicientes, de mi boca ardiente
Tus carnes rosadas, aromadas y deseadas,
Tus pechos prosas, capullos, de tiernas rosas
Tus ojos dos luceros, si me miran por ellos muero
Tu boca frutas madura, néctar y miel fina y pura,
Tu nariz respingona atrayente elegante, un diamante
Tu carita flor de luna, orquídea del, edén que solo hay una,
Tu cuerpo de verde junco, lienzo envidiado, al mío le junto
Tus caderas, retal, de oro, adorno de palacios para un rey moro
Tus largas y torneadas piernas, el tesoro más lindo para una guerra
Tu trasero goloso y terso, hace que mi clavel se ponga, inquieto y tieso.
Autor: Joaquín Méndez.
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11/04/2012 21:44:38