Locura de amor que no anunció su venida,
semblas tan remota y sin embargo yuxtapuesta.
Pétalos de pasión nos devoran, como grano del estambre
fecunda su inefable y eterno pistilo.
Ahogo mi sordo grito en tu ausente
preciada esponja. ¿Puedes oírme?...
Flor de azahar esparcí en cada uno de tus poros,
la misma que sé, invade incluso tu mente.
Esencia que apaciblemente te arrolla
y sin ella promete tu muerte.
Locura de amor que permiso alguno no vislumbra,
y con puntas de estrella me arropa en la noche.