nelida anderson parini

EL PLACER DE VIVIR.

Con caminar siempre erguido,

por camino de ambiciones.

Busca el hombre del olvido,

desenmarañar razones.

Avanza en su recorrido,

colectando mil visiones,

creyendo haber entendido,

va repitiendo pregones.

Con paso desprevenido,

vacila entre tentaciones,

arañando en el olvido,

vanas gratificaciones.

Vive el hombre arrepentido,

de sus malas decisiones,

pues viviendo ha conseguido,

aumentar sus aflicciones.

Ya de su andar aturdido,

ensaya nuevas acciones,

su caminar se ha perdido,

sin rumbos o direcciones.

Ya revisa el recorrido,

revalora sus pregones,

intentando hallar sentido,

se interna en mil reflexiones.

Un sentimiento nacido,

cuestiona sus elecciones,

el vivir que ha pretendido,

lo bañó de decepciones.

Analiza lo sufrido,

invierte en meditaciones,

a su corazón herido,

dedica sus atenciones.

En amor ha resurgido,

en amor halla perdones,

si para amar ha nacido,

canta al amor sus canciones.

Cantando lo que ha aprendido,

lanza el viento, inspiraciones,

que del sendero escogido,

perfuma sus ilusiones.

Su corazón florecido,

en todo, ve, galardones.

Marcha el hombre agradecido,

recibiendo redenciones,

sabiendo que lo vivido,

no amerita explicaciones.

Disfruta lo recibido,

en todo, siembra menciones.

Logra darse por servido,

dejando atrás ambiciones.

Ya el pensamiento curtido,

no pretende concesiones,

del saber inmerecido,

 no intenta entender razones.

Si al andar ha comprendido,

del vivir mil emociones,

ya no es su paso afligido,

ni inquiere, en él, perfecciones.

En su sentir renacido,

reconoce imperfecciones,

más no le encuentra sentido,

a cantar sus frustraciones.

Vive el hombre agradecido,

amando sin condiciones,

por el amor bendecido,

su ser reinventa sus dones…