Vereda triste y gris,
donde no existe cariz
de color... ni matiz...
Donde las azucenas
no cuelgan de los balcones...
Donde no hay aroma, ni olores,
de una vida mejor para mí...
Transitando un poema aciago,
donde no se vislumbra
la llegada del sol,
donde todo tiene sabor
a amarga desventura...
Pero un día descubrí un color...
Tropecé con él en un andén,
una tardecita de primavera...
Oh! si supieran!
que fue lo que sentí!
aquella vez que la ví!
La suave caricia de la bondad,
el olor de la ternura...
Descubrir...
que no todo es oscuro y gris
que se puede ver y sentir
un nuevo color
cuando ya no imaginas que lo hubiera...
Un día como hoy
descubrí un color,
ay! si lo que sentí supieran!