A ti, padre, que alguna vez te alejaste de tu tierra
tan sólo para buscar una vida digna y mejor,
a ti es a quien escribo este humilde poema
con sumo cariño, respeto y sobre todo admiración.
Padre, hoy podría decir que aún más te amo,
y sabes que en muchas cosas nos parecemos,
pero ahora sólo me limitaré a decir que te extraño
porque después de tanto tiempo hoy estamos lejos.
Antes me parecía increíble, pero ahora ya no,
el hecho de que todas las personas que te hayan conocido,
me digan ¿él es tu padre?, ¿eres el hijo de ese gran señor?
Tu padre es…-sonríen- es muy bueno, y también sonrío yo.
Está claro que no tienen, la gente, ni yo, palabras
para describir la satisfacción y total alegría,
digo, y es que me refiero desde lo profundo de mi alma
que te quieren y te quiero por obsequiar sonrisas.
A ti, padre, que eres el mejor y todavía no te lo crees,
si te abrazaba con todas mis fuerzas aunque fuese un día común.
En tus ojos transparentes se reflejan todo lo que eres,
pues todo lo que ahora soy es gracias a lo que eres tú.