Búscame; en cada detalle que vive,
en cada polvo acumulado en la cara del piso,
en el mundo que gira en un girasol
todos los planetas bailan y ríen,
búscame, en tus ojos de noche,
en los cristales que brillan
como dos tulipanes que avivan
y se cierran en tu rostro,
dos especies fijas colegas de toda flor.
Una vez vi dos luceros que se miraban
y en el espacio nada encendía
como en la neblina donde las cosas pierden su cara,
se encontraron y se miraron el alma
sus luces eran el fantástico idioma que los hacían,
su trayectoria era una, tomados de las manos.
Búscame; en cada momento que te sea inusual,
cuando sientas calor en un cuarto frio,
besa el rocío,
como cuando las mañanas te sean útiles,
ámame si de alguna manera te parezco imperfecto,
los impulsos del aire a quien te desea…